Uno de los salones AC en Madrid es el que se encuentra en el gimnasio Arsenal. Raquel, su directora, es una apasionada del trabajo y sus clientas, tiene debilidad por las melenas largas, y en su tiempo libre, le encanta estar con su familia y ver series de televisión. Con 33 años lleva 15 dedicada a la peluquería y ocho dirigiendo el salón AC del Arsenal Femenino en Madrid.
La entrevistamos para conocer un poco más de su trayectoria y su experiencia como directora de un salón de peluquería y belleza AC.
¿Cuánto tiempo hace que estas vinculada a Alberto Cerdán?
Llevo 12 años: los cuatro primeros fueron maravillosos porque tuve la suerte de trabajar mano a mano con Alberto en su salón de Madrid. Añoro muchas veces el poder tenerle tan cerca y ver cómo trabaja. Y desde entonces ya son ocho años los que llevo dirigiendo el salón AC en el gimnasio Arsenal Femenino Madrid.
¿Cómo surgió la oportunidad de dirigir un salón AC ?
En este caso yo trabajaba en el salón de Ortega y Gasset 21, cuando Alberto me ofreció la oportunidad de dirigir el salón que se abría en el gimnasio Arsenal en la misma calle Ortega y Gasset. Lo acepté encantada. ¡Era un reto desde cero y a la vez un orgullo!
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
¡Me gusta todo! Es un arte y una gozada hacer feliz a las clientas y ver cómo cambian su cara cuando terminas el servicio. Es un trabajo vocacional que implica un gran esfuerzo pero también una satisfacción cuando se ven tan guapas.
¿Qué ha supuesto para ti y todo tu equipo formar parte de la marca AC?
¡Es un privilegio! En este sector por suerte o por desgracia hay muchísimas peluquerías y poder pertenecer a esta marca y llevar el nombre de Alberto para mí es un honor, un placer y un lujo que marca la diferencia de la exclusividad entre peluquerías.
¿Qué es lo que más admiras de Alberto Cerdán?
Me entusiasman sus ganas de trabajar, su constancia, su trayectoria, su esfuerzo, sus ideas incansables, su profesionalidad, seguridad…
En el mundo del estilismo es fácil encasillarse o hacerse repetitivo pero Alberto jamás lo ha hecho. Admiro sus creaciones, sus ideas, la motivación que crea a su alrededor y su ambición de siempre ir a más y mejor.
¿Cuáles son tus referentes?
Mentiría si dijera otro nombre, en serio lo digo. Alberto es mi principal referente: de mis 15 años de profesión… 12 años están ligados a este nombre y si soy fiel por algo será… porque creo en él y le admiro tanto a nivel profesional como personal.
¿A quién te gustaría peinar algún día?
Hay muchas actrices, modelos que sería un honor y un gustazo que se pusieran en mis manos, pero a día de hoy lo que realmente quiero es no dejar de peinar nunca a mis clientas, por ellas somos lo que somos y son las que hacen posible que sigamos trabajando día a día.
¿Qué tipo de clienta es tu preferida?
La clienta que confía en mi, que se deja llevar, cambiar y siempre termina con esa sonrisa que contagia a todo el equipo.
¿Con qué retos te enfrentas en tu día a día?
¡Cada clienta es un reto! Y cómo somos humanos y no siempre tenemos un buen día, debemos saber gestionar emociones y al mismo tiempo hacer que nuestras clientas se sientan bellas por encima de todo.
¿Cuál es para ti el look tendencia de la temporada?
Por mis gustos…. siempre me han encantado y me vuelven loca las melenas largas. Pero reconozco que están muy muy de moda las medias melenas con un color degradado más claro hacia la punta. En este momento la suerte que tenemos es que se llevan tanto largos, medios y cortos.… y en cada uno de ellos tenemos que aportar nuestro estilo y glamour.
¿Qué es lo que te gusta transmitir a tus clientas?
Sobretodo profesionalidad, seguridad, cariño y que sean conscientes que siempre sacamos el máximo partido de la belleza de todas ellas. Me encanta transmitirles que todas y cada una, son especiales.
¿Qué crees que es lo más importante para fidelizar a tus clientas?
Es importante que se sientan especiales, que comprendamos qué es lo que quieren y cómo lo quieren. Hay muchísimas peluquerías y si deciden venir a nosotros es porque nos diferenciamos por nuestro trato y confianza desde que entran por la puerta hasta que se van.